lunes, 20 de diciembre de 2010

Fangio un poroto

Pasó lo que seguramente muchos desean, otra vez me ví cara a cara con la muerte pero esta vez por culpa de unos alergenos...unos sucios y asquerosos alérgenos ¬¬

Para que entiendan la historia les tengo que contar que mis ataques de estornudos son ETERNOS. Mi marca es de 18 estornudos consecutivos contabilizados por mi amigo el lobo y aunque les suene pelotudo les voy a decir esto igual porque....que cosa en este blog no suena pelotuda, no? Llevo mi record de 18 estornudos consecutivos con mucho orgullo porque...estem...bueno....estornudar seguidito es una de mis pocas habilidades (?)

Todo se dio el otro día cuando venía al volante de mi lata de conserva modelo '80 con freno a pie. Estaba cruzando avenida Belgrano cuando sucedió...arrancó el primero. Te juro que luche con todas mis fuerzas por no cerrar los ojos y ponermela contra un poste o peor, una vieja...o peor, dos postes. En fín, primero estornudé y entré en pánico, después pense (ALELUYA, DIO'!) que no tenía que cerrar los ojos y me concentré tanto en no cerrarlos que me olvidé de la otra parte del estornudo y escupí todo el parabrisas (que igualmente si algun morochon me decia "te lo limpio, amigo?" no le iba a responder "si, y de adentro también por favor, señor marroncito").

Para el segundo intento de homicidio por parte de los ácaros intenté taparme con una mano y mantener la otra en el volante pero descubrí que me sarandeo mucho cuando estornudo y los volantazos NO son buenos (se ve que con las dos manos en el volante por lo menos me sarandeo parejo (?)).

Para el tercero intenté la vieja maniobra de aguantarlo pero con toda esa presión casi me cago y estoy bastante seguro de que me colapsó un tímpano. Mala, muy mala opción.

Seguí repasando mentalmente esa guía que alguna vez leí que se llamaba "como evitar su propia muerte si un imprevisto ataque de estornudos lo sorprende en la mitad del manejo vol. II"

A falta de ideas, terminé estornudando en el brazo mientras miraba para adelante con un ojo en una posicion que un profesor de yoga envidiaría y mucho y heme aquí, listo para seguir compartiendo mi boludez con el mundo.

En fin, no se si seré un conductor experto...








....pero que bien que estornudo.

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